Ayer Cajamarca se levantó para decirle a la minera Yanacocha algo contundente: “Fuera”. Conga
no va, es inviable, y es algo que queda claro, ya sin medias tintas. Acá no hay
categorías de bien y mal nacidos. Lo que hay es un pueblo indignado con una
empresa que quiere depredarlo todo. La histórica Plaza de Armas fue testigo de
la multitudinaria marcha en contra de la depredación frívola, indiscriminada (a
pesar de los intentos de minimizarla de parte de los serviles de la minera y la
prensa parcializada que ya conocemos de sobra). Sin necesidad de pagos o
amenazas los cajamarquinos recorrieron las distintas calles pidiéndole al
pueblo su apoyo, su dignidad, entre distintas arengas y aplausos de los
vecinos. Conga no va, fue la consigna. ¿Ahora qué harán los yanacochinos,
Valdés y Humala; otro estado de emergencia porque parece que es lo único que
sabe hacer bien este gobierno hasta ahora (el arte macabro de la represión y la
muerte)?
Para más tarde y los días siguientes se espera la llegada de
miles de personas más que se unirán a esta causa. Si algo tenemos que reconocer
es que Cajamarca es un pueblo que lucha y que no teme cuando su causa es justa.
Si en Lima tuviésemos un poco del coraje que tienen los cajamarquinos las cosas
serían diferentes.
Cuando el pueblo dice no, es !no! Es una lección que debemos aprender con urgencia.